No hay duda de que el sandwich es uno de los platillos más sencillos para elaborar, y que nos brinda una comida completa en un pequeño formato. Y aunque es una verdad conocida por los nutriólogos que el pan de caja blanco hace más mal que bien, los panes comerciales aunque sean integrales tampoco se queda atrás.
Los nuevos sellos, el pan de caja comercial y valores nutrimentales
Una marca que quizás toda una generación puede identificar es grupo Bimbo, que existe desde 1945. Al grado que muchos llaman pan bimbo a lo que en otros lugares se conoce como pan de caja o pan de molde.
De acuerdo con una reciente nota de Forbes, el pan bimbo integral no se verá sujeto al nuevo etiquetado en algunos productos, quiere decir que no llevará sellos ni leyendas sobre exceso de calorías o exceso de grasas.
Esto se logró gracias al cambio en sus formulas, ya que a pesar de contar con azúcares añadidos y extracto de malta, estos se han reducido de 4.4 g de azúcar a 3.7 g en comparación a la receta anterior.
Y aunque sea un cambio benéfico para los consumidores, sigue siendo casi una cucharada de azúcar por porción de dos rebanadas de pan integral. Lo que significa que una persona que consuma dos sandwiches estará inadvertidamente consumiendo casi dos cucharadas de azúcar.
En perspectiva, media taza de uvas contienen la misma cantidad de azúcar.
Sobre las grasas trans en el pan bimbo
En cuanto a las grasas, en su variedad de pan integral de caja el pan bimbo contiene en la actualidad 2g de grasas totales por porción de dos rebanadas, de las cuales 0.6 g pertenecen al tipo de grasas saturadas, y 7 mg al grupo de grasas trans.
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud, más o menos 540,000 muertes por año se atribuyen al consumo de ácidos grasos trans (IP-TFA) en el mundo.
Las grasas trans no surgen en la naturaleza, son un subproducto de un desarrollo llamado hidrogenación, que se usa para transformar los aceites saludables en manteca y así evitar que se vuelvan rancios.
Las grasas trans se encuentran primordialmente en productos alimenticios industrializados, en su mayoría alimentos ultraprocesados, panadería y aceites de baja calidad.
De la lectura de ingredientes en productos como galletas, pasteles comerciales y papas fritas, podemos encontrarlas bajo el nombre de ‘aceite vegetal parcialmente hidrogenado’.
¿Por qué las grasas trans son malas?
Las grasas trans no tienen ningún provecho para la salud y no hay un nivel de consumo seguro. La OMS sugiere que su ingesta sea menor a 1 g por día.
Las grasas trans crean inflamación, que está relacionada con las patologías cardíacas, los accidentes cerebrovasculares, la diabetes y otras dolencias crónicas.
Por cada 2% de calorías que proceden de grasas trans que se consuman al día, el compromiso de sufrir patologías cardíacas y el riesgo de muerte por enfermedad coronaria se incrementa en 28%, mientras que por cualquier otra causa no accidental sube hasta 34%.
Esto sucede porque el consumo de estas incrementa la proporción de colesterol LDL (colesterol malo) en el torrente sanguíneo, y disminuye la proporción de colesterol HDL (colesterol bueno).
Además, las grasas trans contribuyen a la resistencia a la insulina, lo que incrementa el compromiso de desarrollar diabetes de tipo 2.
Estas son las principales razones por las que en Estados Unidos las grasas trans están prohibidas.
La recomendación en este caso es evitar a toda costa el consumo de productos que mencionen contener grasas trans en su información nutrimental.
- Aprende más sobre la importancia de las grasas buenas en la alimentación en nuestro artículo sobre la vitamina E
Preparando nuestro propio pan de caja casero
En el mercado existen muchas opciones de pan de caja, tanto de marcas comerciales como los elaborados en la panadería, sin embargo, cuando está en nuestras posibilidades es una buena idea intentar elaborar nuestro propio pan de caja en casa.
De esta manera nos aseguramos de la calidad de los ingredientes, las cantidades de grasas y azúcares, además de tener la satisfacción de consumir un producto preparado por nosotros mismos.
Para los no iniciados en la elaboración de pan, los primeros intentos pueden parecer intimidantes, pues hay un sinnúmero de casualidades que pueden arruinar el proceso.
Sin embargo, esta receta de pan de caja es a prueba de fallos, y es relativamente fácil contra otros panes que requieren más conocimiento en la materia del horneado.
Notas sobre la receta de pan
Para esta receta de pan utilizaremos harina de fuerza o harina alta en proteína, mezclada con harina integral. Es posible conseguirla en tiendas especializadas en insumos para panaderías, o en aquellas que vendan productos a granel. Otra opción es conseguir gluten en polvo, y mezclar 5 g de este polvo por cada 100 g de la harina comercial para todo uso.
Es posible elaborar este pan de caja tipo bimbo sin harina de fuerza, la única diferencia es que el resultado será ligeramente desmoronadizo.
En cuanto a la harina integral, se puede sustituir agregando salvado de trigo a la harina comercial para todo uso, dependiendo de la cantidad de fibra que queramos incluir, podemos agregar entre 3 a 6 g de salvado por cada 100 g de harina.
La levadura puede ser seca o húmeda. Para esta receta utilizamos levadura seca de la marca Tradi Pan, que se vende en tiendas de autoservicio. Si se desea utilizar levadura húmeda, se debe duplicar la cantidad de levadura.
Para las variantes de esta receta de pan de caja integral las proporciones quedan como siguen:
Pan integral versión sin harina de fuerza | 350 g harina tradicional250 g harina integral | 30 g gluten en polvo |
Pan integral versión harina todo uso | 350 g harina tradicional 250 g harina integral | 1 taza de agua extra |
Pan de caja versión sin levadura seca | 14 g levadura fresca | |
Pan de caja versión harina refinada | 350 g de fuerza 250 g harina tradicional | 20 a 40 g salvado de trigo |
En esta receta la masa del pan no requiere mucho reposo. Se puede preparar una noche antes y dejar en el refrigerador, logra un sabor muy intenso de esta manera; pero no es un paso necesario.
No es un requisito indispensable, pero para que este pan de caja quede como el pan integral bimbo, es necesario que mantenga un alto porcentaje de su humedad. Un truco para lograrlo es colocar una charola metálica con agua en el nivel más bajo del horno.
- Más recetas de pan en nuestro artículo sobre pan de muerto.
Pan de caja como el pan bimbo integral
Utensilios
- Molde para pan, aproximadamente 20 cm de largo
- Charola o bandeja metálica para horno
Ingredientes
- 3 tzs Harina de fuerza (350 g)
- 2 tza Harina integral (250 g)
- 1 ½ tza Agua (300 ml)
- 1 cda Sal (7 g)
- 1 cda Levadura seca (7 g)
- 1 cda Miel (7 g)
PREPARACIÓN
- Mezclar ambas harinas o los ingredientes secos (ver notas sobre la receta arriba) con excepción de la sal.
- Calentar media taza del agua y diluir en ellas la miel y la levadura. En el microondas alcanza la temperatura ideal con 5 segundos, el agua no debe estar caliente, pues en ese caso las levaduras morirán.
- Dejar reposar por 10 minutos, al cabo de los cuales las levaduras deben haber montado hasta formar una espuma. Si esto no sucede, es probable que la levadura era muy vieja, o que el agua estaba muy caliente.
- Formar una fuente en el área de trabajo. Esta masa es muy líquida, por lo que se recomienda hacer la mezcla de los ingredientes en un recipiente para evitar ensuciar.
- Vertir la levadura e ir incorporando con las manos o con una pala los ingredientes. El agua restante se agrega gradualmente.
- El proceso de amasado depende de si se utiliza harina para todo propósito o harina de fuerza junto con la harina integral. La harina de fuerza comenzará a sentirse dura de inmediato, pero ello no significa que haya quedado lista. Es necesario amasar hasta que no se pegue en los dedos, aproximadamente 25 minutos.
- La consistencia ideal para que este pan de caja casero quede similar al bimbo, es que la masa sea un poco líquida. Que se sienta húmeda al tacto.
- En el mismo molde donde se amasó, se le coloca una tela para cubrirla. La masa debe reposar en un lugar tibio y oscuro durante 30 minutos.
- Un truco para preparar el reposo de la masa es encender el horno en su temperatura más baja por 3 a 4 minutos, y dejar la masa ahí dentro del horno apagado. Esto también se logra en el microondas, donde se puede poner a calentar un vaso con agua, retirarlo y dejar la masa ahí para levar.
- Al cabo del reposo, precalentar el horno a 230°C. Mientras el horno se precalienta, sacar el gas de la masa levada y engrasar el molde para pan. Amasar para darle la forma del molde a la masa.
- Una vez el horno ha sido precalentado, introducir el pan y posteriormente vertir con mucho cuidado una taza llena de agua. Cerrar de inmediato para atrapar el vapor generado (y para evitar accidentes).
- Al cabo de 10 minutos, reducir la temperatura a 180°C y retirar la bandeja con el agua restante con mucho cuidado.
- Hornear por otros 25 a 30 minutos. Un truco para saber si está listo, es sacar el pan del horno y desmoldarlo (no se deshará), con ayuda de un guante darle un golpe en la base. Si suena hueco, está listo.
- Dejar reposar envuelto con una toalla o servilleta de cocina. Para evitar que la cubierta se haga crujiente, también es recomendable meterlo en una bolsa de plástico mientras se enfría.
¿Cómo elegir el mejor pan de caja integral?
Siguiendo el consejo de nutriólogos como la maestra Magda Carlas en su entrevista de Business Insider España, una manera sencilla de distinguir un buen pan de caja integral es analizar que sus calorías no sobrepasen las 250 kcal por cada 100 g de producto.
Lo ideal es conseguir el pan de caja fresco, aquel que venden en las panaderías y cuya vida de anaquel no va más allá de unos cuantos días.
Sin embargo, aun si se consigue pan de caja empacado, entonces hay que optar por el que tenga la mayor proporción de fibra. Es sustancial que el pan sea verdaderamente integral y por esto habría que ver realmente bien la cantidad de fibra que aporta.
Otro punto es buscar aquel pan integral que tenga la menor cantidad de grasa. Aunque le dan un buen sabor y una textura muy suave, las grasas en el pan de caja no son necesarias. Evitar aquel pan que tenga entre sus ingredientes aceite de palma o que mencione aceites o grasas hidrogenadas, o parcialmente hidrogenadas.
En cuanto al sodio, preferir aquel que tenga menos de 1800 mg de sodio por cada 100 g de producto (esto es, aproximadamente dos rebanadas).
Y finalmente las azúcares, de nuevo se trata de un ingrediente que no es necesario para la elaboración de panes salados. Sin embargo, le da más palatabilidad a los panes, y en pequeñas porciones sirve para el proceso de levado. En este caso, lo ideal es buscar el que tenga menos azúcares añadidas; o mejor aún, que no tenga ninguna.